Raquel Bollo: así fue su despedida en Sálvame Deluxe

Tras 7 años, siete meses y 29 días, una guapísima Raquel Bollo Dorado se despedía de la televisión, tal vez para siempre, con una entrevista en Sálvame Deluxe.

Fue una despedida muy emotiva, sin rencores, muy conciliadora con todos. Se notaba que para ella era muy importante marcharse con un buen sabor de boca.

Dice Raquel que quiere cerrar capítulo. Qué mejor momento que cuando ha ganado el juicio por la querella que le interpuso su ex marido, Chiquetete, por un delito de injurias y calumnias. Imaginamos lo importante que debe ser para ella que se demuestre que no se ha inventado nada.

Ahora, Raquel, que tiene 41 años de edad, quiere dedicarse a su tienda, a sus hijos… aunque reconoce que le da miedo economicamente, de hecho, ni sus padres ni su hijo Manuel están muy de acuerdo con la decisión, aunque la respetan, claro. Hay que darse cuenta que es Raquel la que tira de su casa, aunque también ha afirmado que no es de grandes gastos, y que si tiene que vivir de un sueldo y en una casa de alquiler, como lo hacen miles de personas, lo hará sin ningún problema.

Ante la pregunta de Jorge Javier, y como no le gusta mentir, reconoció que hay un hombre en su vida, que es una relación incipiente aún y que no ha influido en su decisión de dejar la televisión.

Eso sí, no ocultó el daño que le había hecho Rafa Mora, concretamente que no la hayan creído por más que ha insistido en que no ha tenido nada con él más que una amistad.

Pero, si hay alguien que sí puede haber influido a la hora de alejarse de la televisión, es Carmen Gahona. Con ella, esto se convertía en una espiral de provocaciones y respuestas que no parecía tener fin. “Sé que va a volver y yo voy a tener que defenderme” reconoció Raquel, añadiendo que cuando tiene que contestar a las barbaridades de Gahona, vuelve a sentirse una mujer maltratada, porque, además, y eso le ha dolido muchísimo, sus compañeros le ríen las gracias a la actual pareja de Chiquetete.

Siguiendo con sus compañeros, Kiko Hernández y Chelo García Cortés señalaron cuánto les apenaba su marcha y esperaban que no se equivocase. María Patiño reconocía que tenían un modo de ver la vida muy distinto y apuntaba a que su marcha estaba provocada porque había perdido la fe en su trabajo. Mila Ximénez era más optimista y se mostraba convencida de que este cambio le iba a beneficiar. Kiko Matamoros fue el más directo, y no dudo en decir que esperaba que Raquel se fuese dando un portazo, que fuese sincera y dijese que se marchaba por que se sentía atacada, menospreciada y escasamente defendida por sus compañeros.

Para todos tuvo buenas palabras Raquel menos para Lydia Lozano, que no estaba en plató pero que había sido muy dura con ella, declarando que no iba a echarla de menos. Raquel, mirando a cámara dijo “Yo creo que eso sobraba. Esa es la cara que no conoce la gente. Lo que no veis. Fuera yo he sentido el cariño de mis compañeros. Prefiero mil Patiños y mil Milas a una Lydia poniéndome buena cara y luego alegrándose de mi marcha” y añadía “No creo que me haya portado mal contigo”.

Al final, su hijo Manuel – que publica disco dentro de un mes – apareció con un ramo de flores y descubrieron la fotografía de Raquel en “el paseo de las estrellas” de Telecinco, algo que la emocionó, aunque no pudo evitar comentar que si la hubiese tratado así antes… bueno, es algo que pensamos todos.

No quería terminar este artículo sin poner el foco en una cuestión que dice mucho sobre Raquel Bollo como persona. Cuando se acabó su amistad con Isabel Pantoja, muchos pensaron que a Raquel le había tocado la Lotería, que ahora podría hablar libremente sobre la intimidad de Cantora y la familia Pantoja. Nada más lejos de la realidad. Raquel ha demostrado una encomiable discreción y lealtad. Es más, ayer le pidieron que, por ser su última intervención, contara lo que motivó su distanciamiento con Isabel, y la respuesta fue tajante “No lo voy a contar nunca. Es algo que se queda para nosotras”.

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