El renovado Sálvame confirma el agotamiento del formato

Tras eliminar Lemon Tea, Vázquez vuelve a ser protagonista de lunes a jueves del programa. Ahora bien, los cambios lanzan al programa al punto de partida.

Tras eliminar Lemon Tea, Vázquez vuelve a ser protagonista de lunes a jueves del programa. Ahora bien, los cambios lanzan al programa al punto de partida. Una de las culpables es la señora Patiño, insoportable y culpable del hundimiento del programa.

Añadimos a la tertulia de la nueva era, como indicó Anabel Pantoja, el toque de cierre de mercado de abastos y la nula educación de los participantes y todo parecía el formato ya utilizado hace 13 años. Lo malo es que todo fue a muchísimo peor.

Lo de Belén es una mamarrachada falta de ritmo que, aunque Vázquez dijera «hoy es un día crucial para nosotros», no remontó el vuelo bajo ningún concepto. La ordinariez campó por sus respetos y aquello no había por dónde cogerlo. Antes, Lydia lloró por un comentario de Vázquez, Anabel defendió a su tía en la misma cadena que la lleva masacrando desde hace décadas y que ayer quiso limpiar su mancha con un documental incomprensible, y el resto pues fue a echar la tarde.

El nuevo diseño gráfico no evita que el culpable de que la gente no vea el programa es el dueño del cortijo. Su chulería, sus insultos a Olga Moreno y a Rocío Flores («igual a Olga le ponen las tetas de Rocío y los ojos o algo así») y demás chulerías confirman que, posiblemente, el viernes podamos ver el último programa. El tiempo nos aclarará qué sucede con una renovación insuficiente para evitar que el personal se ponga a ver Tierra Amarga.

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